El acero estructural se utiliza mucho por arquitectos, constructores e ingenieros, debido a la combinación de sus propiedades que benefician a ciertas obras o proyectos de construcción.
A continuación, descubrirás los aspectos clave que necesitas saber sobre el acero estructural; desde qué es, la fabricación que tiene, las propiedades y ventajas que ofrece y, por supuesto, las aplicaciones que tiene para la industria de la construcción.
Contenido del artículo
El acero es una aleación que se obtiene principalmente de la mezcla del hierro y el carbono. También combina otros elementos tales como el silicio, fósforo, azufre y oxígeno, que aunque estos se encuentran en cantidades mínimas, son los que al final le proporcionan distintas características.
Con el término de acero estructural definimos a un grupo de aceros diseñados para construir estructuras de edificios, pero también para utilizarlos como componentes para máquinas. La estructura se basa en un marco o esqueleto que tiene como componente columnas y vigas de acero.
El American Institute of Steel Construction (AISC) es el organismo que se encarga de estudiar las normas para el diseño y construcción de estructuras de acero.
El acero estructural se fabrica a través de un proceso de laminado en caliente que debe seguir varios pasos.
Entre las propiedades del acero estructural destacan los siguientes aspectos:
Algunas de las ventajas de este tipo de acero como sistema constructivo son su tenacidad, que ofrece buena resistencia y ductilidad. También tiene una alta reciclabilidad, ya que su producción es controlada y no contamina el ambiente.
Además, poseen una gran firmeza y son inalterables. Las propiedades casi no cambian con el tiempo y con un buen mantenimiento pueden durar indefinidamente.
Tampoco cambia de apariencia aun en distintas condiciones climatológicas. Debido a su firmeza, puede soportar altas presiones en estructuras, sin deformarse, modificarse o dañarse, incluso cuando presenta grandes tensiones, este acero puede doblarse, molerse y soldarse.
Debido a su ligereza, las piezas de acero estructural son muy fáciles de montar y transportar, lo que optimiza los tiempos de construcción. Otro punto a su favor es que las piezas pueden fabricarse en un sitio para posteriormente transportarlas y unirlas en la obra de forma rápida y sencilla.
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